jueves, 25 de enero de 2007

Mountains, Sewn


(Apestaartje, 2006)

Mountains son Brendon Anderegg y Koen Holtkamp, dos músicos, amigos desde la infancia, que crearon juntos el sello Apestaartje y, después de un tiempo dedicados a proyectos individuales, aunaron fuerzas en 2005 para producir conjuntamente un disco de ambient que recibió una cálida acogida. En Mountains combinaron sonidos electrónicos, instrumentos acústicos y grabaciones de campo en una mezcla de color pastoral que, aunque no era nueva, adquiría en sus manos una cualidad propia y prometía sorpresas de cara al futuro.

Sewn es la realización de aquella promesa. La mayoría de las composiciones son más cortas, lo cual favorece quizá una comprensión más nítida y global de las posibilidades musicales del dúo, dada su necesidad consecuente de centrarse en lo esencial. Sea como sea, estuvieron inspirados. En su crisol, el ejercicio minimalista de entrelazar elementos orgánicos y sintéticos –en un tapiz electroacústico– se vuelve arte, y cada paisaje sonoro, una serie de pinceladas efectuadas con delicadeza sobre un lienzo vacío. Más que una mente pensante y organizadora o una fría computadora, uno tiene la sensación de que lo que hay detrás de Sewn es ni más ni menos que un amor sincero y creativo por cada sonido y su relación con los demás. En un entorno sonoro natural, entre sonidos acuáticos y demás elementos sabiamente engarzados, el resultado es admirable.

El disco se abre con "Sewn One" y a uno le parece verse rodeado de improviso, en medio del bosque, por una orquesta de faunos y ninfas afinando instrumentos en una alucinada polifonía bajo las estrellas. En "Sewn Two", la guitarra juega con una sencilla melodía que a cada escucha nos va empapando suave, indolentemente pero sin remedio, como una lluvia fina. En "Simmer" las gotas repiquetean literalmente y, en “Bay”, vuelve la guitarra a un primer plano antes de dejar paso al agua y los sonidos envolventes de "Below". "Interlude" es un corto paso hacia la siguiente etapa, una invitación a prepararnos para lo que viene: la increíble "Hundred Acre", la pieza más larga y un prodigio de producción y eufonía, donde el dúo tiene más espacio para hacer su alquimia en un fluir progresivo de trece minutos que te transporta a un notable estado de paz e inmersión musical. "Sheets", al fin, te despierta del sueño y cierra el disco con serenidad.

Lejos de las atmósferas opresivas, melancólicas o monótonas de otros proyectos de ambient, la música de Mountains se mueve en el terreno de la experimentación inteligente con el fin de alcanzar una musicalidad orgánica y eufónica y de evocar un estado anímico agradable y sosegado, lo que da a esta banda un carácter único en el contexto de la escena. La precisión está al servicio de la espontaneidad y no del ritmo, resultando la ilusión de que la naturalidad triunfa sobre la producción. Lo cual se traduce en la sensación –probablemente equivocada– de que Sewn capta una pizca de la voz de los ríos y las montañas.

sábado, 20 de enero de 2007

Nico Muhly, Speaks Volumes


(Bedroom Community, 2006)

Speaks Volumes es el álbum de debut de Nico Muhly, un joven compositor estadounidense que, a sus veinticuatro años, ha trabajado estrechamente con músicos de la talla de Philip Glass y de la proyección de Björk. Entre sus colaboraciones más notorias está la orquestación de Medúlla, el último disco de la islandesa.

Se nos presenta aquí una fascinante colección de complejas y delicadas piezas de música de cámara con acompañamientos electrónicos integrados con discreción y sabiduría. La inspirada creación de Muhly se mueve entre la austeridad minimalista de cada tema y la profundidad polifónica del conjunto. La eventual oscuridad y los atisbos emocionales que parecen contrastar con la sobriedad del marco general surgen con luz propia y se integran a su vez en un todo orgánico esencialmente luminoso en el que nunca llega a dominar del todo un sentimiento concreto (aunque se exprese con plenitud y libertad), porque el valor dominante es un sentido musical integrador, que trasciende los puntos de vista particulares en pro de una armonía global que no sólo contiene en sí la rica diversidad del disco, sino que se manifiesta en cada pasaje concreto. En este sentido, se nota la influencia y lo aprendido de Philip Glass.

El disco abre con "Clear Music", un tema complejo y lleno de texturas que nos adentra en el mundo creativo de Muhly llevados de la mano de la expresividad del chelo y nos seduce con la belleza sonora del arpa y la dulzura de la celesta. "It Goes Without Saying" introduce el clarinete junto al chelo, creando una atmósfera muy viva que cuenta con uno de los momentos electrónicos más interesantes y sobriamente tenebrosos del disco. En "Honest Music" vuelve la complejidad y aparece el violín acompañado del arpa. Sigue "Quiet Music" con un Nico Muhly al piano introspectivo, más onírico que melancólico, y luego la celesta y las percusiones se le suman en "Pillaging Music", uno de los temas más agradables y quizá el más influido en su estructura por la música electrónica. En "A Hudson Cycle" Muhly vuelve a quedarse solo al piano, y cierra el disco "Keep in Touch", seguramente la pieza más extraña, experimental y difícil.

Speaks Volumes revela a un compositor prometedor, con talento y un notable sentido integrador.

jueves, 4 de enero de 2007

Joanna Newsom, Ys


(Drag City, 2006)

En Ys resuena a veces una belleza antigua y extraña, casi tradicional. Otras veces es más bien cinematográfico. Pero siempre preciosista, detallista, colorista y ensoñador como el arte de la portada. Su tono emocional tiene algo de ese sabor neutro del folk clásico que participa de la alegría y la tristeza.

El arpa y la voz singular de esta juglar moderna recorren el disco sin dejar lugar al silencio. Ella te cuenta historias sin parar y te vas enredando en sus complejas melodías que, con los pulcros arreglos de Van Dyke Parks, adquieren un tono sinfónico. La música de Joanna, aquí, es elaborada, delicada, luminosa, sensible. Por su voz, cercana y tierna, natural. Mientras la escuchas, pareces flotar en un sueño de historias emocionantes y bellos paisajes; al acabar, deja un regusto sutil.